martes, 20 de marzo de 2012

Deseo

(Pasar a limpio)


En carnes se metió el nazareno,
en carnes se metió el cristiano,
de goce los dos se iban quedando.

Amores y romances las noches 
los iban viciando,
como hombres
las carnes eran su pecado.
Y aquella mujer,
de su cuerpo enredado,
hacia mantos.

En las noches frías,
el nazareno dormía a su lado,
y en las noches vigías,
la luna le cuidaba el cristiano.

Celos ellos sentían,
al ver y sentirse utilizados.

Ella no tenia culpa,
si sus almas no querían,
y tampoco querían ser encarcelados
de una mujer que les
arañaba su espalda desnuda
como un gato.

De no querer compartir vida propia
con esa mujer que solo buscaba,
un hombre de autoridad y de
una mente solida.

Los celos los dos les mataban,
tanto la deseaban,
que por amor y deseo,
casi es a ella a quien la matan.

Amores, romances, ellos,
se separaron, después de
que sus afilados corajes
se adentrasen en el tan
querido corazón de aquella mujer.

Solos se quedaron, maldiciendo
a la vida, maldiciendo su fantasía,
la que un día, a su tan querida
morena, dejo sin vida.

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