domingo, 16 de noviembre de 2014

Ella

Le rodea la alianza, sumida en colorete magenta sonríe timidamente preguntándose por el mañana.
Jura, promete y sueña sin que nadie le diga que no se hará realidad, que la vida no sabe donde termina, que se esfuerce en vivirla de mil maneras que no sea deprimida.

Lo piensa pero es tan difícil en esta hipocresía, que todo se ha reducido en sonreír en la nubes aterciopeladas, en los charcos de las calzadas.
Jura que no lloverá más de sus perlas, que no mojara más su hermosa cara, la vida ya es demasiado cara.
Intenta arreglar el día con tonterías y ramos de cabellos entrelazados en los dedos de su pareja, que le mira con fantasía, y que lo amará noche y día. Intenta pulir su culpa con la punta de los dedos mientras se acerca la parada. Que mientras el gran charco que baña mi vista, quedaran meses para que bañe nuestros amores.

Que esta idea de fantasía no acompaña mi figura, y mis sueños me acosan para cumplirla, me pregunto que conseguiría, dime, si mis sueños me atosigan, que conseguirán por cumplirlos, si no me dejan ver lo que me pasará en el pasillo.
Una risa timida, si la dentadura de perlas dañinas apenas salen, como los fantasmas de lo bares, ahora viene la lluvia, y yo bajo el palmeral de farolas esperándote. 

Una estatua de calor que ven mil ojos sin saber por que, porque me llena esperar los besos invisibles que me cuidan.
Viernes.

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